Especies Domésticas



Las especies domésticas son aquellas especies de animales que se han adaptado a los factores ambientales en los que habitan (caseros), siendo innecesaria la reproducción exacta de las condiciones de su ambiente silvestre para su supervivencia en un ambiente hogareño. Los mamíferos y las aves son animales más domesticables por su gran adaptabilidad, a diferencia de algunos reptiles, que requieren un entorno en el que se imiten las condiciones de un desierto o una selva, o los peces de agua salada, que requieren que se imite un ecosistema marino.

Se reconocen distintas especies animales que pueden ser conservadas como mascotas; sin embargo, puede haber respuestas legales (dependiendo el país o estado) que involucren el tráfico de especies protegidas. Existen diferentes especies domésticas y salvajes que han sido adaptadas como mascotas:




Mamíferos pequeños
  • Conejo común
  • Erizo (erizo pigmeo africano)
  • Gato

El conejo común: o conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) es una especie de mamífero lagomorfo de la familia Leporidae, y el único miembro del género Oryctolagus. Está incluido en la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo2 de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.









Los erinaceinos (Erinaceinae), conocidos vulgarmente como erizos, son una subfamilia de pequeños mamíferos cubiertos de púas; pertenecen al orden Erinaceomorpha, aunque antiguamente eran considerados del orden Insectivora. Hay un total de 16 especies divididas en 5 géneros.
Los erizos habitan Europa, Asia, África y han sido introducidos en Nueva Zelanda. No hay erizos endémicos de Oceanía, ni tampoco erizos vivos que sean nativos de Norte América. En España viven dos especies, el erizo europeo y el erizo moruno, pero en cautividad es muy frecuente el erizo orejudo. Los erizos no han cambiado mucho durante los últimos 15 millones de años. Como muchos de los primeros mamíferos han adoptado una vida nocturna basada en la alimentación insectívora.





El gato o gato doméstico (Felis silvestris catus) es un pequeño mamífero carnívoro de la familia Felidae. El gato está en convivencia cercana al ser humano desde hace unos 9500 años, periodo superior al estimado anteriormente, que oscilaba entre 3500 y 8000 años.
En las lenguas romances los nombres actuales más generalizados derivan del latín vulgar catus, palabra que aludía especialmente a los gatos salvajes en contraposición a los gatos domésticos que, en latín, eran llamados felis.
Hay docenas de razas, algunas sin pelo o incluso sin cola, como resultado de mutaciones genéticas, y existen en una amplia variedad de colores. Son depredadores por naturaleza, siendo sus posibles presas más de cien especies diferentes de animales para alimentarse. También son animales que pueden asimilar algunos conceptos, y ciertos ejemplares pueden ser entrenados para manipular mecanismos simples.
Se comunican con gemidos, gruñidos y alrededor de un centenar de diferentes vocalizaciones, además del lenguaje corporal.
Se cree que el gato salvaje africano (Felis silvestris lybica) es su ancestro más inmediato.
Sin embargo, al tratarse de una subespecie puede intercambiar —y de hecho lo hace— material genético con otras subespecies de Felis silvestris. Se ha detectado hibridación con el gato montés europeo.4 Esta hibridación masiva se considera la principal amenaza para la conservación de las variantes salvajes. Está incluido en la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo5 de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
También, de forma excepcional, se han obtenido híbridos fértiles con gatos salvajes fuera de la especie F. silvestris; en la década de 1960 la criadora Jean Mill comenzó un programa de cría cruzando gatos domésticos con un ejemplar hembra de Prionailurus bengalensis, obteniendo tras diversos cruces la actual raza de gato bengalí.








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